unas acciones y procesos concretos en los que verdaderamente sea factible traducir en hechos aquello que se tiene en mente. Aquí nos estamos refiriendo a asegurar que existe casi una nula distancia entre la idea y la acción. Por ejemplo, es muy común que quienes diseñan la capacitación conozcan muy claramente lo que se debe hacer, pero fallan en la transmisión de esas ideas haciendo que los destinatarios más tarde terminen sintiendo que concurrieron a un taller o a un seminario en donde no hallaron nada nuevo.
Esta clase de circunstancia tiene su origen en el hecho de que una capacitación es, antes y al final de todo, un espacio de conocimiento. Y el conocimiento es un intangible que debe explicitarse y promoverse en acciones concretas.
2. En esta misma línea, hay que considerar que en una capacitación se trabajan principios básicos de aprendizaje y movilización cognitiva. Algunos analistas consideran que las acciones formativas son instrumentos que promueven cambios en la forma de concebir y desarrollar el trabajo. Y ello es exactamente así. Sin embargo, el cambio en la operatoria o el desarrollo del trabajo no siempre proviene del análisis y la puesta en cuestión de los aspectos subyacentes y, a veces, no demasiado tenidos en cuenta.
Muy frecuentemente las dificultades no provienen de posibles resistencias o creencias previas sino, simplemente, de la falta de conocimiento y de la ausencia de condiciones apropiadas para aprender lo nuevo. Por tanto, es mucho más claro y menos complejo trabajar en el cambio dedicando al aprendizaje y al conocimiento de lo nuevo todas las herramientas pedagógicas preexistentes, como lo son, el planeamiento, la demostración, el acompañamiento, el trabajo por proyecto, la modelización, la resolución de problemas y el estudio de casos.
3. Un elemento muy interesante resulta resignificar el valor que posee el ofrecer una conducta a imitar. Perkins indica que “Cuando los jefes de grupo o de las distintas oficinas mostraban los patrones de comportamiento propuestos por nosotros, los demás los adoptaban con más facilidad…” He aquí entonces un importante aspecto a considerar.
4. Por último, toda capacitación debería promocionar en los trabajadores una idea inicial y básica para engrosar el capital intelectual e intangible de una empresa. Esta idea refiere a considerar que, antes que cualquier habilidad o saber, lo más importante es estar disponible para aprender a aprender. Cuando las organizaciones vencen la inercia de considerar el espacio de capacitación como un evento para incorporarlo a la rutina sistemática de su actuación, cualquier nuevo aprendizaje puede ser receptado en clave propositiva.
TIC: ¿contribuyen a hacer más efectivos los procesos formativos?
Entre los cambios que caracterizan nuestro mundo contemporáneo se reconoce a la revolución científico-tecnológica como su origen, particularmente por la facilidad que ha posibilitado en el plano del acceso y procesamiento de grandes volúmenes de información. De allí proviene la idea de considerar la existencia de una nueva economía basada en una redefinición de las formas tradicionales de producción, en la cual la génesis del conocimiento científico y tecnológico -tanto como su aplicación- constituye su vórtice y principal fuente de retroalimentación.
Si consultamos los estudios comparados, será posible identificar al avance tecnológico como el factor principal del aumento de los niveles de riqueza y bienestar social en los países más desarrollados. Por otra parte, también se ha podido observar que los sectores más productivos e innovadores se gestan en entornos ligados a la tecnología, creando así un círculo de autodesarrollo en el cual el conocimiento se constituye en la base y sostén para influir positivamente en el avance de la calidad de vida de los países de vanguardia.
De allí que se afirme que en nuestra sociedad contemporánea el conocimiento genera la creación de desarrollo.
Aquí nos
CARICATURA DE CAPACITACIÓN
LÍNEA DEL TIEMPO CAPACITACIÓN
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